Es habitual, que los profesionales de la salud que trabajamos en centros cerca de la costa, cada verano atendamos casos relacionados con picaduras de animales marinos. Medusas y peces araña son los más relacionados con picaduras en nuestro medio, pero existen otros muchos. Repasaremos los más habituales.
La anémona de mar es un organismo marino del orden de la Actiniari al que habita por lo general la zona infralitoral hasta 20 metros de profundidad y que es capaz de fijarse al fondo marino. Es capaz de causar lesiones en la piel, como la que presentaba Manuel, por descarga de células urticantes conocidas como nematocistos.
1: tentácilo; 2: faringe; 3: gónada; 4: pared de la columna; 5: septo (mesenterio completo); 6: cínclido; 7: acontio; 8: disco pedio; 9: músculo retractor: 10: septo (mesenterio incompleto); 11: estoma (perforación mesenterial); 12: collar; 13: boca; 14: disco oral |
El contacto con las anémonas puede provocar reacciones de contacto local con eritema, petequias, ardor, prurito que pueden evolucionar a edema, pápulas y ampollas. Las reacciones graves son poco frecuentes.
El tratamiento consiste en retirar los nematocistos con una targeta (nunca frotar con una toalla), aplicar ácido acético o vinagre al 10% , evitar el contacto con agua dulce por que causa mayor descarga de nematocistos ( si se requiere lavar inmediatamente la herida es preferible hacerlo con agua de mar), aplicar antihistamínicos sistémicos (nunca tópicos) y cremas de corticoides dependiendo de la severidad o intensidad de los síntomas.
Las medusas son animales marinos pertenecientes al filo Cnidaria (conocidos antes como celentéreos); son pelágidos, de cuerpo gelatinoso, con forma de campana de la que cuelga un manubrio tubular, con la boca en el extremo inferior, a veces prolongado por largos tentáculos cargados con células urticantes llamados cnidocitos. Las medusas poseen tentáculos formados por células urticantes, o nematocistos, que usan para capturar presas y como forma de defensa. Estas células contienen una cápsula con un filamento tóxico (venenoso). Al contacto con una presa, los filamentos se eyectan e inyectan veneno. Los tentáculos de medusas muertas que a veces se encuentran en la playa pueden envenenar por varias semanas.
Agunas especies más frecuentes en nuestro medio son: Pelagia noctiluca, Chrysaora hysoscella, Rhizostoma pulmo, Cotylorhiza tuberculata
El contacto con los tentáculos de las medusas causa lesiones cutáneas y, excepcionalmente, manifestaciones sistémicas. Las reacciones locales pueden ser lineales, multilineales o serpiginosas, con erupciones cutáneas persistentes (días o meses), con eritema, edema, petequias, reacciones urticariformes, incluso urticaria papular, vesículas y purito local con dolor intenso. En la especie conocida como carabela portuguesa, las lesiones cutáneas pueden evolucionar hacia formaciones queloides. La evolución normal y espontánea es hacia la remisión de la afectación cutánea en pocos días, aunque en algunos personas el dolor persiste durante semanas. También se conocen algunos casos de reacciones anafilácticas que pueden generar síntomas graves que requieren hospitalización.
El tratamiento consistirá en:
1.- Procurar no rascarse ni frotar sobre la zona en la que se nota el resquemor o el dolor intenso.
2.- No lavarse con agua dulce pero sí con agua salada, ya que el cambio osmótico hace que se disparen más cnidocistos.
3.- Salir del agua y procurar apartar de la piel los restos de tentáculos si son visibles, a ser posible con guantes o pinzas, o una targeta. No secarse la piel con toallas ni utilizar arena.
4.-Aplicar lo antes posible compresas frías de 5 a 15 minutos, preparándolas con una bolsa de plástico llena de hielo. No aplicar la pieza de hielo directamente sobre la piel, ya que haría el mismo efecto que el agua dulce. El frío favorece la desnaturalización de la toxina y evita que pase a la sangre. Por la misma razón, no se aplicarán nunca compresas calientes, ya que el calor favorece la absorción sistémica del veneno.
5. Corticoides tópicos o sistémicos, antihistamínimos sistémicos, analgésicos, profilaxis antitetánica, evitar sobreinfección de las lesiones o tratamiento específico si existe sobreinfección.
ARAÑAS DE MAR Y ESCORPENAS
Las arañas de mar son unos peces que viven en nuestras costas y cuya picadura inocula un veneno. Pertenecen a 2 géneros: Trachinus, caracterizado por presentar 2 pequeñas espinas encima de los ojos, y Echiichthys. La araña de mar es un pez de cuerpo alargado y comprimido lateralmente, con una boca grande y oblicua dotada de afilados dientes y con un opérculo que cierra sus agallas y que muestra una espina . La mayoría de estas especies miden entre 15 y 45 cm. La primera aleta dorsal es corta y está compuesta de espinas conectadas a glándulas secretoras de veneno, un líquido limpio y azulado.
Estos peces son bastante sedentarios y no suelen atacar a menos que se sientan molestados. La mayoría de picaduras se producen al pisarlos inadvertidamente con el pie cuando están
semienterrados en la arena de la playa de una de nuestras costas, o al desengancharlos con la mano del anzuelo o de la red con los que han sido pescados, sin que se haya reconocido la especie.
La picadura causa un dolor local instantáneo muy intenso y que se va incrementando durante la primera hora, que llega a irradiarse a toda la extremidad y que puede acompañarse de manifestaciones vegetativas (náuseas, vómitos, boca seca, sensación de mareo) y elevación térmica. Localmente, hay tumefacción y puede llegar a haber necrosis. Algunos enfermos pueden agitarse y, excepcionalmente, presentar un síncope o convulsiones. La herida puede infectarse, y las molestias locales pueden persistir durante semanas e incluso durante meses.
El mejor remedio contra la picadura de la araña de mar consiste en aplicar calor en el punto de noculación o sumergir la zona afectada en agua muy caliente, ya que las toxinas son termolábiles (alrededor de 40 ºC), durante unos 20 min. El dolor es tan intenso que puede precisarse anestesia local. La herida debe limpiarse y desinfectarse, y asegurarse de que no han quedado restos de la espina. Vacunación antitetánica si se precisa. No se aplicará agua fría en ningún caso.
ERIZOS DE MAR
Los erizos de mar son equinodermos, invertebrados marinos, pertenecientes a la clase Echinoidea, caracterizados por un esqueleto calcáreo de placas suturadas que forman una caja sólida, la testa, sobre la cual se articulan las espinas y los pedicelarios. Sus gónadas son muy apreciadas gastronómicamente en varias partes del mundo. En España son muy valorados en País Vasco, Asturias, Cádiz, Cataluña, Baleares y Galicia. Se comen cocidos y crudos en temporada (de enero a marzo); también se utilizan para elaborar el caviar de oricios, el paté de oricios, diversos revueltos, sopas, cremas, salsas, ceviches, arroces y pasta.
Los erizos de mar pueden producir lesiones en el ser humano, tanto con sus espinas como con los pedicelarios. Las espinas por su forma y composición pueden en algunas especies penetrar la piel con facilidad y fragmentarse en el interior de la misma, pudiendo además en otras inyectar sustancias venenosas o irritantes. Los pedicelarios en algunas especies pueden asimismo tener un tamaño que posibilite la producción de lesiones e inyección de sustancias venenosa.
Tras la picadura aparece dolor o quemazón, localizado en el área de punción, con frecuencia muy intenso y desproporcionado con la magnitud del traumatismo producido. Puede durar desde minutos hasta días y en ocasiones se acompaña de dolor muscular localizado, entumecimiento o parestesias. La herida puede sangrar profusamente y acompañarse de un halo de eritema y edema. El orificio de penetración ocasionalmente queda tatuado con pigmentos de la espina. Es posible una infección secundaria con supuración. Las reacciones sistémicas suelen ser infrecuentes.
Los granulomas las reacciones tardías habituales, que se manifiestan tras un período de latencia largo, de 2 a 12 meses. Éstos pueden presentarse como lesiones nodulares localizadas en el área de la herida o un proceso inflamatorio difuso.
El tratamiento consistirá en retirada de las púas si es posible con agujas estériles (si se tiene dudas o es complicada la extracción es mejor no manipular la zona), aplicar cremas con vaselina salicílica para explusar la púa, antisépticos o antibióticos tópicos, analgesia, vacuna antitetánica.
RAYAS
Las rayas de mar suelen vivir en zonas arenosas y es frecuente que permanezca inmóvil sobre el fondo, produciéndose la picadura al ser pisada por el ser humano.
Suelen causar lesiones punzantes por doble mecanismo: mecánica por su aguijón dentado y química por el veneno que inocula. La mayoría de rayas del mediterráneo no son venenosas.
La penetración en la piel del aguijón produce un intenso dolor local con inflamación, decoloración de los tejidos circundantes y en ocasiones edema hemorrágico en la zona de la picadura. Este dolor puede limitarse a la zona que rodea la picadura, pero a menudo se extiende rápidamente y alcanza su máxima intensidad en menos de 90 minutos.
En determinadas circunstancias puede seguirse de la formación de una escara que al desprenderse produce una pérdida de los tejidos afectados, linfagitis y adenopatías próximas a la zona de la picadura.
En determinadas circunstancias puede seguirse de la formación de una escara que al desprenderse produce una pérdida de los tejidos afectados, linfagitis y adenopatías próximas a la zona de la picadura.
La sintomatología general suele consistir en náuseas, vómitos, dolor abdominal, vértigo, cefalea, debilidad, calambres musculares, sudoración y caída de la presión arterial. Puede ser frecuente la infección de la herida.
Las heridas en el brazo o la pierna, causadas por picaduras de rayas deberían ser lavadas con agua salada. Si es posible distinguirlos, deberían extraerse de la piel los fragmentos del revestimiento de las púas. La extremidad lesionada debería permanecer inmersa en agua a la máxima temperatura que la persona pueda tolerar, durante 30 o 90 minutos. Puede instaurarse un tratamiento con analgésicos -incluso mórficos-, antiinflamatorios y profilaxis antitetánica. Suele ser de gran utilidad la aplicación de antibióticos tópicos sobre la zona de la picadura. En ocasiones requiere un desbridamiento quirúrgico de la herida y cierre de la misma -tratamiento hospitalario-.
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