En el caso dábamos unas cuantas pistas sobre la mejor opción de tratamiento (en este caso la loción es la mejor opción).
En la valoración de las lesiones dermatológicas es esencial realizar un diagnóstico adecuado para poder instaurar un tratamiento correcto. La mayoría de especialistas en dermatología coinciden que antes de pautar un tratamiento tópico a un paciente debemos conocer el diagnóstico y no tratar lesiones "a ciegas", o lo que es más importante nunca tratar una lesión sospechosa en nuestras consultas (siempre derivarlas).
Una vez que conocemos la lesión podemos tratarla con la mejor opción terapéutica. En el caso del tratamiento tópico, no es lo mismo tratar una lesión en un pliegue o en una zona de extensión y tampoco es lo mismo tratar una lesión aguda que una crónica. Para ello existen las diferentes bases medicamentosas.
En la valoración de las lesiones dermatológicas es esencial realizar un diagnóstico adecuado para poder instaurar un tratamiento correcto. La mayoría de especialistas en dermatología coinciden que antes de pautar un tratamiento tópico a un paciente debemos conocer el diagnóstico y no tratar lesiones "a ciegas", o lo que es más importante nunca tratar una lesión sospechosa en nuestras consultas (siempre derivarlas).
Una vez que conocemos la lesión podemos tratarla con la mejor opción terapéutica. En el caso del tratamiento tópico, no es lo mismo tratar una lesión en un pliegue o en una zona de extensión y tampoco es lo mismo tratar una lesión aguda que una crónica. Para ello existen las diferentes bases medicamentosas.
El motivo de este post es comentar las indicaciones de las diferentes bases medicamentosas en el tratamiento de las lesiones dermatológicas .
Los excipientes utilizados en la preparación de fórmulas magistrales y tratamientos dermatológicos tópicos se utilizan básicamente para obtener de bases medicamentosas (se pueden usar individualmente o mezclándolos entre sí) que ejercen de vehículo de la sustancia activa. Generalmente el excipiente se elige en función del grado de humedad o inflamación de la lesión y la sustancia activa en función de la patología a tratar. Utilizar una sustancia activa en un excipiente no adecuado puede no tener eficacia o ser contraproducente (en ocasiones el excipiente puede ayudar mejorar una dermatosis por sí sola).
Existen 3 tipos: grasas (líquidas, viscosas o sólidas como por ejemplo la vaselina, la lanolina, manteca, etc.), polvos (talco, óxido de zinc, caolín...) y líquidos (fundamentalmente el agua y el alcohol).
Y al mezclarse entre sí se obtienen las bases medicamentosas: mezcla de grasas (ungüentos y pomadas), mezcla de polvos (polvos medicamentosos), mezcla de líquidos (lociones y soluciones), grasa + polvo ( pastas), grasa + líquido (cremas), grasa + polvo + líquido (pasta al agua), polvo + líquido (lociones , suspensiones), otros : geles, barnices, etc.
El uso de cada excipiente se escoge en función de tres parámetros: el grado de inflamación de la dermatosis, la localización de las lesiones a tratar y el grado de absorción del principio activo que se desee.
En cuanto a la localización, cuando una dermatosis asiente en el cuero cabelludo u otras zonas pilosas se utilizarán líquidos, lociones o soluciones y geles. Cuando asiente en pliegues se escogerán excipientes que absorban la humedad propia de estas zonas, como los polvos y las pastas. En la cara se usarán excipientes lo menos grasos posible para minimizar la aparición de comedones, como lociones y geles, pudiendo en ocasiones utilizar cremas. En las palmas y las plantas, donde las dermatosis suelen ser secas secas, se emplean pomadas y ungüentos.
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